miércoles, 14 de diciembre de 2011

Mi mente divaga sobre el amor



En algún universo paralelo de mi mente, es de día, un día soleado, pero que no quema, como los que me gustan, el día es fresco y puedo escuchar ruidos en el parque, pero aun así puede permitirme escuchar la delicia del silencio.  Me cruzo de piernas y arranco trocitos de pasto como de costumbre, arrojándoselos a la persona que me acompaña, uniéndonos en un juego inmaduro y tonto donde, por ese momento, somos felices. Puedo ver algunos metros más allá una novia con una sonrisa de comercial, feliz de que la vida le sonría y tímidamente una sonrisa aparece en mi rostro.  El se percata y mira en aquella dirección, dirigiendo ahora su preciosa sonrisa hacía mí.
¿Ansiosa por casarte?- me pregunta con una ligera carcajada con la cual logra sacar una mía.
-Para nada- lo digo inmediatamente, pero aun rebusco la respuesta en mis pensamientos- Oh bueno… No hasta que llegue esa persona...
-Dicen que la mayoría de las personas conocen con quien se casaran a menos de los dieciséis años.
- No juntes estadísticas con amor, simplemente no tendría sentido.- Abrazo ligeramente mis rodillas, dejando que pequeños trocitos de pasto recién arrancados regresen a la tierra y apoyo ligeramente mi mentón entre las piernas, entrecierro un poco los ojos y trato de guardar la imagen de este momento para siempre.  El también empieza a mirarme fijamente hasta que no podemos contener la risa.
-¿Qué haces?
- Guardo el momento en la memoria
- Podemos tomar una foto…- dijo llevando sus manos a los bolsillos
- No. Los mejores momentos se guardan en la mente y siempre los recordarás.
- Pero la memoria es frágil
- Se olvidan las palabras, pero no como te sentiste y los buenos momentos raramente se olvidan, eso dice mi papá. –Nos quedamos en silencio por unos cuantos segundos, casi imperceptibles-  Me encanta cuando me imitas- ambos reímos sin sentido alguno y empecé a jugar con una de sus manos, como ya era mi costumbre.
-¿Qué quieres?- dijo sin previo aviso y yo le mire consternada- Sí, que quieres.
- No lo sé, ¿una limonada?
- No me refiero a eso, que quieres en la vida
- Supongo lo que todo el mundo, amigos en quien confiar, familia que te apoye, amor que te haga soñar ¿No es acaso lo que todos quieren? ¿Ser felices?
- La felicidad de  cada quien es la cosa más única que te puedas imaginar, nadie quiere lo mismo.
- Pero de cualquier modo se basan en lo mismo: Amor, amistad, apoyo, familia, sueños.
- U orgullo, malicia y dinero
- No debemos esperar que todo en este mundo sea bueno, hay que mantenerlo equilibrado.
- ¿Eres feliz?
- Pues… creo que sí.
- No- dijo cortante- has dudado, has dicho creo, no eres completamente feliz.
- ¿Y tu si lo eres?- pregunte mirando directamente a través de sus ojos caramelo que tenían un brillo especial aquella mañana.
- En estos momentos sí- entrelazo sus dedos suavemente con los míos- ¿Tu por qué no?
- No es que no sea feliz… es solo que algo me falta
- Tienes todo lo que me mencionaste: Amigos incondicionales, familia que te apoya, sueños y sueños por delante, amor…
- No tengo ese tipo de amor
- Pues porque no lo buscas
- No es que no lo busque… es que no hay chicos como…
- ¡Pides demasiado! – estalló y se separo de mi mientras lo miraba incrédula
- ¿De qué hablas?  Solo quiero un chico que me quiera, que me haga reír y que me trate bien, solo eso.
- ¡No! ¡No es solo eso! Quieres alguien que te abrace cada vez que estés triste, que piense cada minuto en ti, que te lleve rosas en tus cumpleaños y te mande mensajes todos los días. Quieres alguien que te diga linda todo el tiempo y te abrace por la calle. Quieres a alguien que vuele, que corra, que brinque, que salte edificios para ti, que sea una estrella de rock, pero sea el chico poeta y al mismo tiempo el misterioso en la esquina de la fiesta, quieres que sea tímido, pero que no tema hablarte, quieres que tenga amigos, pero no sea antisocial. ¡Lo quieres todo y nada a la vez! ¿Sabes? Nadie podrá dártelo… Porque ningún chico es perfecto para ti, porque ningún chico es…
- ¡Basta! ¿Para quieres? Sí, no soy la típica chica que se va con el primer chico que le diga preciosa y quiero un chico que de verdad me quiera ¿Es mucho pedir? Quiero que de vez en cuando me de un chocolate y me despierte con un “buenos días princesa” y que me trate como tal, no porque lo sea sino porque el lo piensa así, quiero que me mande mensajes porque se acuerda de mi, porque me quiere, no por obligación y quiero poder compartir un helado riéndonos acerca de lo tonta que es la vida. Quiero poder estar en su casa desde las diez de la mañana con una playera enorme, su playera, jugando cualquier juego tonto en su consola, quiero salir a montar bicicleta con él  aunque ni siquiera sepa, pido por pedir que me cante una canción de vez en cuando y al menos finja interesarse en mis problemas.  Quiero que cuando este con él pueda volar y bailar sobre las nubes y que cuando no esté sea la tormenta más poderosa, quiero extrañarlo aunque solo se haya ido por unas horas y que el me extrañe a mi, sí, quiero muchas cosas tontas e imposibles ¿Pero sabes? Quiero saber lo que es el amor, quiero saber que se siente poder bajar estrellas por otra persona, quiero que se quede siempre conmigo y me diga que soy la chica más linda que ha visto aunque no sea verdad, quiero mirar el mundo a través de el y sentir que me complemento. Por eso no tengo un amor soñado, porque para mi eso es un amor soñado. ¿Cuál es tu problema con ello?
- No lo entiendes… cada vez que dices eso, cada vez…
- ¡¿Por qué te molesta tanto?!
- ¡Porque sí! ¡Porque nunca seré lo suficientemente bueno por más que intente! ¡No puedo volar, ni escribir poesía!  ¡No puedo ser un superhéroe! ¡No puedo hacer que toques el cielo con un dedo o que bailes sobre las nubes!
-¡No quiero un superhéroe! ¿No lo entiendes?  Solo quiero alguien que me quiera, solo quiero a alguien que de verdad le importe, solo te quiero a ti… Solo te necesito a ti.
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Me preguntó si en algún lado está mi pareja ideal. Siempre se dice que en algún lugar está tu alma gemela, tu media naranja, tu pareja perfecta. Puede que este en China o a mi lado. ¿Quién sabe? Pero la sola idea de encontrarla me ilusiona tanto y a la vez me decepciona tanto, es decir es tan improbable que haya alguien exactamente para ti, como si de alguna manera, cuando encuentres a esa persona será simplemente como un rompecabezas uniéndose como dos partes de algo por fin encontrándose. Quien sabe, me gusta pensar acerca de cosas así, como si  antes de venir a este mundo fuéramos separados y la misión sería encontrar a tu otra mitad. Que si lo buscamos encontraremos nuestros felices para siempre. Esa personas que nos haga bailar sobre las nubes. 

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